sábado, 7 de agosto de 2010

Sale un "paraco"...entra otro...


Juan Manuel Santos: Cuatro años a bordo de sí mismo
Un rasgo distintivo es la sin par capacidad de los elegidos, presidente y vicepresidente, para desdecirse de sí mismos... Una brutal lucha del olvido contra la más natural memoria.
Juan Alberto Sánchez Marín | juanalbertosm.blogspot.com

En “El libro de la risa y el olvido”, el escritor checo Milan Kundera, en una frase que no por frecuentada pierde singularidad, afirma que “la lucha del ser humano contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido”.

En el gobierno colombiano que ahora inicia, un rasgo distintivo es la sin par capacidad de los elegidos, presidente y vicepresidente, para desdecirse de sí mismos, abjurar de los laudos dictados en primera persona, negar las jaculatorias propias de antier, o rasgarse las vestiduras ante las actuaciones de ayer. Una brutal lucha del olvido contra la más natural memoria.

Hablemos de Juan Manuel. Ha estado al frente de tres ministerios: Comercio Exterior, Hacienda y Defensa, desenvolviéndose para tres gobiernos distintos e incompatibles: César Gaviria, Andrés Pastrana y Álvaro Uribe.

Juan Manuel fue ministro de Comercio Exterior durante el gobierno liberal de Gaviria. Desde esta cartera, fue punta de lanza de una apertura económica de sopetón, que le significo muchos males al país y acabó de sumir al sector rural en la desgracia (que lo digan los productores de trigo, cebada, papa, o los embarcados en los embelecos de la diversificación de cultivos de la Federación Nacional de Cafeteros, de la que el propio Juan Manuel había sido representante incólume en Londres, ante la OIC).

Juan Manuel fue ministro de Hacienda y Crédito Público durante el gobierno conservador de Pastrana, luego de haber sido un franco opositor y crítico acérrimo. Simple voltereta, para llegar de carambola a un ministerio en el que, con su sola llegada, ayudó a ahogar el proyecto presidencial de referendo para revocar el Congreso. Gracias de la vida, “para salvar al gobierno de Pastrana”, según él mismo lo aseveró.

Juan Manuel fue ministro de Defensa durante el gobierno anti gavirista y anti pastranista de Uribe. De malquerido por el presidente, además, a cuya primera reelección se opuso en los inicios, Juan Manuel, un oligarca concreto, un golfista nato, pasó a ser cofrade de Uribe.

Aprovechó la zambapalos generada por el tema de esa reelección en el Partido Liberal, para crear, con la disidencia, el PUN (léase: Partido de Unidad Nacional), el partido uribista de la U del mismo Uribe, en el que aterrizarían paladines, caciques y parapolíticos, y al que aún ahora siguen deslizándose por la puerta de atrás los miembros del PIN, en una suerte de PIN – PUN y ping – pong milagrosos.

Ya en la cresta de un liderazgo inadvertido, con el partido presidencial bajo la manga, Juan Manuel se ganó, por derecho propio, el ministerio que más le serviría en el gobierno de la “Seguridad Democrática”. Asumidas las mudanzas ideológicas y tan claros los fines, importaron poco los medios, sembrados de mentiras y muertos y desplazados, y con el viento de El Tiempo y todos los medios en popa.

Juan Manuel se reunió con las FARC en Costa Rica, sin venia ni autorización del entonces presidente Samper, y llegó a proponerle a la Comisión de Conciliación Nacional, en 1997, la creación de una zona de despeje, más de medio año antes de la reunión de Víctor G Ricardo con Manuel Marulanda Vélez y el “Mono” Jojoy, realizada una semana antes de la elección de Pastrana como presidente y mucho tiempo antes de que a este se le ocurriera la idea.

Pocas veces en la historia del país a un gobierno se le ha cobrado tan cara una decisión, como al de Pastrana la creación de esa llamada “zona de distensión”, en un infructuoso proceso de negociación con las FARC.

Del mismo modo que la esperanza de la paz con el grupo guerrillero fue definitiva para la llegada de Pastrana al poder, la frustración del proceso fue determinante para que Uribe se abriera el camino a la presidencia con su discurso incendiario e intransigente.

Y en el camino, claro está, se llevó por los cachos cualquier política o estrategias de paz: Se instauró un nuevo discurso, de guerra frontal. Y así fue como el mismo Juan Manuel armó diligente el aparataje, organizó las huestes a costillas del PIB y ladró sin moderación desde el Ministerio de Defensa. Franqueó, pues, de una zancada la valla, y, de proponente de la idea, para cerrar con broche de oro, pasó a afirmar, hace unas semanas, que otros candidatos podrían regresar al país a “la oscura pesadilla del Caguán”.

Es aquel Juan Manuel Santos que nunca ha luchado contra el poder, sino por el poder. En una lucha que cualquiera ser humano libraría contra el olvido, Juan Manuel ha optado siempre por perder la memoria. Ahora que lo ha conseguido, que él de cabo a rabo es el poder mismo, ¿qué país tendrá en mente? ¿Cuál población en el olvido?

Y no es cuestión de pedirle peras al olmo. O a un político de corazón, como este Juan Manuel, que no varíe su pensamiento, o que se contradiga de vez en cuando, o que por conveniencia se arrime al árbol que da más sombra. No. Lo que llama la atención es el exacto acoplamiento con la incoherencia y la obstinación enferma por los traspiés. Lo insensato es el tamaño de los virajes, el descaro en los cambios de tercio, la infidelidad a los adictos, los cabeceos abruptos en la palabra .

Claro, siempre puede sostenerse, y no sin razón, que no se pueden traicionar unas ideas cuando nunca se ha creído de cierto en ellas. Y si desde hace tiempo ha sido complicado establecer lo que Juan Manuel cree de las cosas, a estas alturas, cuando ya ha logrado el pensamiento único que siempre ha estado metido en su cabeza, el de ser presidente, pues él todo se hace más inescrutable, con quién sabe cuántas reflexiones en melcocha y la ambición cociendo al vapor.

Juan Manuel, distinguido por el buen olfato político y el certero recular, es corto de vista a la hora de percibir tanta contradicción y paradoja. Él no halla, digamos, incoherencia alguna entre el hecho de haber sido una vez un activo “conspiretas” y reunirse con Raúl Reyes para tramar la caída de un presidente, Samper, y después acusar a Rafael Pardo de acordar con las FARC la unión con las fuerzas de oposición para evitar la reelección del ya recién arrogado patrón, Álvaro Uribe, en una acusación malintencionada y embustera.

Tampoco la ve en abrazar al mismo Reyes en Costa Rica o El Caguán, y después matarlo en un país vecino. Mejor dicho, en haber pasado, en un santiamén, de pacifista consumado a pacificador furibundo.

Situaciones como estas nos dejan hoy de bruces sobre un Juan Manuel que habla sin ton ni son y un Santos que todavía farfulla en la palestra. Y, peor aún, ad portas de un gobierno de labios para afuera.

Ojalá, por el bien del país, ahora en la presidencia Juan Manuel Santos vuelva a llevarse la contraria, a actuar en contravía de lo que dice que hará y de todas las pavadas que promete, y haga por fin algo que valga la pena o sirva de algo, aunque sea para los propios desdichados que lo eligieron.

Cualquier bagatela que esté más allá de las patrañeras cifras económicas que mostraba en PowerPoint en Minhacienda, cualquier cosa signifique más que las victorias de guerra anunciadas en podio de vitrina en esa área farandulera que volvió el Mindefensa, cualquier fruslería que vaya más allá de los guarismos hueros y las esperanzas baldías con que atragantó a Mockus y esperanza a sus círculos criollos. Es que, de a de veras, Colombia no se merece que él no siga siendo el mismo.

http://www.kaosenlared.net/noticia/juan-manuel-santos-cuatro-anos-bordo-si-mismo



Los 8 años de Terror Uribista


Uribe deja a Colombia con 32.000 desaparecidos

La fiscalía emprende un censo nacional sobre los cadáveres hallados en fosas comunes y los "falsos positivos". Santos sucede hoy al presidente colombiano

Los fantasmas de más de 32.000 desaparecidos perseguirán a partir de hoy a Álvaro Uribe, quien se refugiará en la soledad de un apartamento-búnker en un complejo policial de alta seguridad para preparar la estrategia de su defensa ante la tormenta judicial que se le viene encima en cuanto legue la presidencia colombiana a Juan Manuel Santos.

Lo que en Colombia llaman las chuzadas el espionaje ilegal de jueces, diputados y defensores de derechos humanos por el que están en prisión ex responsables de los servicios secretos (DAS) empezó a quemar a Uribe esta misma semana, cuando varios de los principales procesados admitieron que siguieron órdenes directas de la Presidencia, incluso cuando amenazaron de muerte a opositores. El proceso contra el DAS tiene entre rejas a su primer director, Jorge Noguera, nombrado directamente por Uribe, bajo cuyo mandato los servicios secretos facilitaron a los paramilitares datos sobre líderes sociales y sindicales que después fueron asesinados.

Pero lo más grave es que Uribe se despide de la Presidencia cuando la Fiscalía General de la Nación acaba de emprender un censo nacional sobre cadáveres enterrados como "NN" (sin nombre) a lo largo de todo el país, con el fin de cruzarlos con los 32.348 desaparecidos que tiene registrados la Unidad de Justicia y Paz. Una cifra superior a la suma de los desaparecidos en todas las dictaduras de América Latina. Gran parte de estos muertos sin nombre ya han sido confesados como víctimas de masacres por los jefes paramilitares que se han acogido a sentencias benignas (no más de ocho años de cárcel) por confesar sus acciones.

Al menos 1.700 de las víctimas son "falsos positivos": jóvenes asesinados y presentados luego como guerrilleros muertos en combate. Ayer mismo, el fiscal de la región de Nariño ordenó la detención de 24 militares del Batallón Boyacá por matar a 20 personas entre 2007 y 2009 indigentes y campesinos para hacerlos pasar por guerrilleros muertos en combate. Uno de ellos era un discapacitado que no podía mover los brazos y que fue presentado junto a un fusil.

En muchos de los casos que la fiscalía indaga como "NN", los cuerpos de las víctimas eran enterrados en cementerios clandestinos próximos a cuarteles. Como en La Macarena, cercana a una guarnición de élite del ejército en la región del Meta, donde hay una fosa con unos 2.000 cadáveres sin identificar. La presidenta de la Asamblea Nacional de Venezuela, Cilia Flores, acusa a Uribe de montar una escalada de tensión con su país, "como estrategia para tratar de tapar el genocidio de La Macarena".

Mandato bajo sospecha

Tras un segundo mandato, iniciado en 2006 gracias a una reforma constitucional, Uribe intentó por todos los medios poder ser reelegido de nuevo gracias a un referéndum que volviera a retorcer la Constitución. Pero el Supremo bloqueó su maniobra, y los promotores de la consulta están confesando que la operación fue promovida mediante una financiación fraudulenta a cargo de contratistas del Estado. Incluso la autorización para el segundo mandato que termina hoy, obtenida con una votación parlamentaria in extremis, podría ser declarada ilegal (por haber sido comprados los votos que hicieron posible la reelección en 2006) según la investigación que está a punto de culminar la fiscalía.

Aunque Uribe se despide con una alta popularidad, obtenida con una mezcla de populismo, asistencia social e identificación con una Colombia profunda a la que prometió el final de una guerra que dura ya más de 50 años, los resultados reales de su gestión no pueden ser más negativos. Al inicio de su presidencia, en 2002, Colombia era el cuarto país más desigual de América; hoy es el primero. El Gobierno reconoce que un 46 % de la población está en la pobreza, el 65 % entre los campesinos. Según la CEPAL la cifra podría elevarse al 71 % si se suman los pobres y a los que están en riesgo de serlo.

Millones de desplazados

El colombiano que durante más tiempo ha gobernado el país deja el Palacio de Nariño con el 60% de la población en paro o en la economía sumergida. Más de tres millones de personas son desplazadas: los paramilitares y los caciques regionales, que han apoyado incondicionalmente al uribismo, les han arrebatado más de cinco millones de hectáreas de tierras.

El relato con el que Uribe llegó al poder fue el de la "seguridad democrática": acabar por la fuerza con la guerrilla de las FARC, un empeño en el que fracasó su antecesor Pastrana. Para su reelección agregó la "confianza inversionista" y la "cohesión social". Dice el escritor y periodista Antonio Caballero: "Inseguridad, desconfianza y polarización son el legado que dejan ocho años de tramposos, corruptos y brutales gobiernos de Uribe".

http://www.kaosenlared.net/noticia/uribe-deja-colombia-32.000-desaparecidos-denuncia-contra-chavez-corte-



Alvaro Uribe se despide con la fosa común mas grande de Latinoamérica

Certifica misión de EU y UE fosa común en Colombia con al menos 2 mil cadáveres

Periódico La Jornada
Sábado 24 de julio de 2010

Bogotá, 23 de julio. Una delegación de Estados Unidos y Europa certificó este viernes en una audiencia pública la existencia de una fosa común con unos 2 mil cadáveres no identificados, durante una reunión con habitantes en la localidad de La Macarena, en el departamento de Meta, en hechos que se atribuyen a paramilitares de derecha y al ejército colombiano.

La delegación internacional estuvo encabezada por seis eurodiputados, quienes deploraron que el ejército asesine a su pueblo. La eurodiputada de la Comisión de Derechos Humanos, Ana Gómez, dijo que la fosa es una aberración que no puede entender, cuando las fuerzas armadas están para proteger el pueblo y no para actuar en su contra.

“No tienen que estar para matar al pueblo, hay una horrible perversión en estos hechos en que jóvenes inocentes, hombres y mujeres, son tomados por miembros de las fuerzas armadas por una recompensa para transformarlos en falsos positivos”, dijo, en alusión a civiles que son ejecutados extrajudicialmente y presentados como guerrilleros muertos en combate.

Los congresistas opositores de Colombia Piedad Córdoba e Iván Cepeda, quienes también estuvieron presentes, exigieron que se investiguen las denuncias de los habitantes de la región respecto de esta fosa, que está ubicada en un cementerio de La Macarena y en torno a la cual el gobierno del presidente Álvaro Uribe sólo acepta la existencia de 450 cuerpos que estaban sin identificar.

Córdoba, del Partido Liberal, dijo que se trata de la fosa más grande de América Latina, y pidió a la comunidad internacional que atienda este caso para que las autoridades de su país investiguen lo ocurrido en esa región.

La senadora añadió que dentro un mes tendrán todo listo para presentar un informe oficial, como resultado de estas audiencias, luego de que los habitantes decidieron romper el silencio.

Por su parte, el representante del Centro de Investigación y Educación Popular y Programa por la Paz de Colombia, Javier Giraldo, señaló que se entregaron 52 declaraciones por parte de familiares de las víctimas.

Habían sido desapariciones forzadas cometidas por paramilitares y otras por el ejército, dijo. Añadió que entre las víctimas también había casos de los llamados falsos positivos.

Existen casos de amenazas de muerte, de torturas y asesinatos. La delegación internacional pudo ver todo el área de las tumbas anónimas identificadas por un número consecutivo por años, destacó el investigador.

Anunció que para septiembre próximo se presentarán otros casos documentados sobre situaciones de desapariciones forzadas y asesinatos en otras regiones del país sudamericano.

A la audiencia pública asistieron unos 800 campesinos de la región y de Caquetá, donde se denunció que helicópteros militares llegaban a la zona y y dejaban los cuerpos sin vida y luego se retiraban, y denunciaron que la crisis humanitaria en los llanos orientales empeoró con el Plan Colombia, promovido por Estados Unidos para luchar contra el narcotráfico y el crimen organizado.

En tanto, agentes de la fiscalía colombiana capturaron al ex congresista César Pérez García, acusado de ser coautor de una matanza de 43 campesinos en 1988, ejecutada en el noroccidente del país por grupos paramilitares de extrema derecha.