sábado, 10 de mayo de 2014

Atenco:la moneda está en el aire


El gobierno nunca abandonó el proyecto del aeropuerto y avanzó lentamente para consumarlo, pero las comunidades que se oponen no están dispuestas a ceder sus tierras, como ocurrió en 2001.
Mayra Irasema Terrones Medina
 
 atenco
 
México. La estrategia gubernamental para consumar la imposición del aeropuerto en Texcoco está desplegada, con la compra ilegal de tierras y voluntades, el cerco a los campesino quitándoles el agua y la reactivación de grupos priistas para e hostigamiento. Sin embargo, las comunidades que se resisten al proyecto también están moviendo ficha.

En el año 2001, ningún ejidatario del municipio de Atenco y Texcoco puso un letrero que dijera: “Se venden tierras”; sin embargo, el gobierno federal y estatal impulsan la especulación de sus tierras al mejor postor. En ese año,  el gobierno federal expropió las tierras de 13 ejidos  para la construcción del proyecto Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, que contemplaba  la transformación territorial de todos los pueblos que pertenecen a los municipios mencionados.

Las comunidades de esa región formaron el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT- Atenco), que luchó durante nueve meses hasta que logró derogar el decreto expropiatorio impuesto. Este momento histórico para las comunidades transformó su historia, y hasta hoy siguen luchando contra las diversas estrategias de desgaste y división de los gobiernos en turno, que son diversas y actualmente están en marcha en todas las comunidades de México.

Después del triunfo del FPDT en 2002, Enrique Peña Nieto, como gobernador del estado de México, puso en marcha la construcción de la infraestructura contemplada en el proyecto aeroportuario a fin de urbanizar la región de Texcoco, a costa de las tierras ejidales de los campesinos que ahí habitan.

Entre la infraestructura que construyó el gobierno estatal, llaman la atención las obras de drenaje túnel emisor oriente realizadas para evitar la saturación de agua. Estas obras son punto de partida de un proyecto “ecológico” que desde el 2008 impulsó la Comisión Nacional del Agua (Conagua), denominado Zona de Mitigación y Rescate Ecológico en el Lago de Texcoco y cuyo presupuesto está en 80 por ciento destinado a la compra de tierras. Este proyecto está enmarcado en otro proyecto integral llamado Parque Ecológico  Texcoco. En 2009, la Conagua compró terrenos ejidales en Ixtapan y Nexquipayac; en esta última comunidad lo hizo buscando uno por uno a los ejidatarios; les ofreció entre 200 y 250 pesos por metro cuadrado y asesoría para cambiar la propiedad social a privada. En San Salvador Atenco, en el 2010 se negó la venta de tierras en asamblea ejidal.

En Nexquipayac los ejidatarios, sin ostentar el dominio pleno de sus tierras –ya que no finalizaron esta última fase del Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares (Procede) –, vendieron a la Conagua. Esta compra-venta de tierras resulta, por tanto, ilegal. Algunos de los ejidatarios que no vendieron sus tierras y pobladores tienen una demanda contra esta venta.

Antes funcionarios, ahora empleados de la constructora
OHL es un conglomerado de siete empresas españolas, que en México se denomina OHL Concesiones. A esta constructora se le dio la concesión para  las cuatro fases del circuito exterior mexiquense. Distintos niveles de gobierno, pero principalmente el gobierno de Peña Nieto, le entregaron a este corporativo la construcción de las cuatro fases del Circuito Exterior mexiquense, el Viaducto Bicentenario, la autopista Puebla–Perote, la autopista Urbana Norte, el libramiento Norte-Puebla y la Supervía Poetas, además de la operación del aeropuerto de Toluca hasta el 2040.

En 2012, OHL contrató  a Alter Consultores para impulsar la desincorporación de la propiedad social de dos de sus proyectos. El director de esta empresa  es Julio Antonio Virgen Camaño, quien fuera delegado en el Estado de México de la Procuraduría Agraria (PA) en la gestión de Peña Nieto. Él tiene un conocimiento claro de la situación de cada uno de los ejidos de esta zona, ya que fue funcionario público; su compañía buscó la compra de las tierras en Acuexcomac, San Salvador Atenco y la colonia Francisco I. Madero, presumiendo ser expertos en resolver  “conflictos agrarios”.

Los ingenieros Andrés Ixmatlahua Lemus y Álvaro Paredes Pérez, empleados de OHL, se presentaron con los comisariados ejidales de las tres comunidades para mostrar su intención de comprar tierras y así terminar la construcción del entronque de la autopista Peñón-Texcoco, que cruzará las tres comunidades mencionadas y conecta con Acolman hacía Tulancingo, Hidalgo. Estos técnicos operativos están a la orden de Roberto Muñoz Espinoza, quien fuera, en años anteriores, visitador agrario de la PA.

Los representantes de Alter Consultores intentaron engañar a los campesinos en las tres comunidades para comprarles sus tierras. Acudieron a hablar con ellos casa por casa, tratando de hacerles creer que Atenco había vendido sus tierras, o al  revés,  a los ejidatarios de Atenco diciéndoles que Acuexcomac ya había vendido. Estos ingenieros argumentan que el  artículo 27 constitucional ya cambió y que ahora pueden vender aunque no tengan el dominio pleno de sus parcelas y sin pasar por asamblea ejidal, lo cual es mentira. También engañan a los ejidatarios con la idea de que se puede reactivar una expropiación para esos terrenos, lo cual es falso dada la derogación al decreto que se dio en 2002.

El engaño no prosperó. El 6 de mayo de ese año, la asamblea ejidal de San Salvador Atenco rechazó la venta de la tierra para la carretera mencionada; en Acuexcomac, el tema derivó en una división dentro de los comisariados ejidales de esa comunidad, pues se puso en la mesa la discusión del Dominio Pleno.

Otra estrategia de acoso a los campesinos es por la vía de la oferta de agua. En San Salvador Atenco, Acuexcomac y en otros núcleos agrarios, la Conagua no atiende las demandas de mantenimiento en los pozos de riego desde el año 2001. Esta Comisión frenó las mejoras de los pozos que se utilizan para riego.
Como un ejemplo está el ejido de Atenco; en esas comunidades hay siete pozos de riego agrícola, todos constituidos por sociedades ejidales de las unidades de riego agrícola; se ubican en la Cuenca del Valle de Texcoco, Cuautitlán, donde hay una veda permanente para abrir nuevos pozos para los ejidatarios, con el argumento de que hay sobreexplotación de agua del subsuelo. Sin embargo en la zona Texcoco-Chimalhuacán se desarrollan complejos comerciales con uno o más pozos de agua potable para abastecerlos. Y en los desarrollos de viviendas “de interés social”, en particular los de Casas ARA, se abrieron más pozos, a pesar de lo devastada que está la cuenca hidrográfica del oriente del Estado de México.

Las concesiones de pozos que otorga la Conagua deben renovarse cada cinco a ocho años; en caso de incumplimiento, el castigo debe ser una multa por retardo. En los pozos El Amanal y El Espíritu Santo, del ejido Atenco, y en el pozo de La Purísima, Acuexcomac, los campesinos no han podido renovar sus concesiones; como respuesta sufrieron la clausura de los pozos, con una tapa soldada y la leyenda “Inviolable”. Los de La Purísima y El Espíritu Santo están en los bordes del río San Bartolo, justo en la zona que Alter Consultores pretende comprar.

Los ejidatarios son objeto también de cobros exagerados e injustificados por concepto de energía para el funcionamiento de los pozos. Como no pueden pagar, les cortan el servicio. También vivieron el robo de instalaciones eléctricas: transformadores y tableros, como en El Espíritu Santo, que hoy día funciona gracias a las exigencias  y las mesas de dialogo que se han dado desde el 2012 con el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) y CONAGUA.

En el año 2006 hubo otra estrategia de despojo, configurada para romper el tejido social de las comunidades del municipio de Atenco y dar una lección a los activistas que se solidarizaron con el FPDT.

El 3 y 4 de mayo de ese año, la mayoría de los activistas que también fueron detenidos, torturados y encarcelados injustamente pertenecían  a “La Otra Campaña”, esfuerzo organizativo impulsado por el Ejrcito Zapatista de Liberación Nacional. Más de 30 mujeres de las 47 detenidas fueron violadas, entre el 3 y 4 de mayo fallecieron Javier Cortés de 14 años, originario de San Francisco Acuexcomac, Atenco, y Alexis Benhumea, universitario y adherente a La Otra Campaña. Se criminalizó al movimiento social.

El 2006 marcó la pauta para darnos cuenta de cómo se configuran estos grupos de poder en México. Hoy día reactivaron a un grupo de pobladores atenquenses de filiación priista, quienes reciben muchos apoyos económicos para poner en marcha la compra de voluntades de campesinos, ejidatarios y pobladores.

En muchas comunidades de México se están reavivando a estos grupos, quienes buscan tener ahora los puestos de elección interna de las comunidades, como lo son: comisariados ejidales o de bienes comunales, delegaciones, comités de agua, etcétera. Atenco no es la excepción, el comisariado ejidal que entró en turno en el año 2013 contrató a un grupo de choque para que borraran todos los murales que distintas organizaciones, colectivos y compañeros solidarios imprimieron en la memoria de los atenquenses. Algunos integrantes intentaron impedir que se borrara el mural que estaba a lado del auditorio, elaborado durante la lucha del 2001. Esto constituyó, a decir de los defensores de la tierra, una provocación como muchas más que se han dado en los últimos tres años por parte de estos grupos. Los murales se borraron, pero la memoria no.

El nuevo comisariado quiere imponer el Dominio Pleno del ejido de San Salvador Atenco, pues creen que si  en esta comunidad logran imponerlo comprando voluntades, con la fuerza pública y todo lo que alistan para la asamblea ejidal del 18 de mayo entrante, entonces lograrán comprar todas las tierras que les hacen falta para llevar a cabo la transformación territorial que le permitirá hacer un sinfín de negocios al grupo de poder que ostenta la presidencia de la  República Mexicana.

La apuesta no sólo está echada en Atenco; un sinfín de comunidades está en la misma situación. El piso para el despojo lo construyó Peña Nieto, buscando tener justificaciones para apropiarse de una gran parte del territorio nacional, para explotar los recursos naturales que las comunidades tienen en sus tierras.
Y sí, el escenario es ese, para Atenco y para muchas comunidades más, pero también la organización en las comunidades continúa y en Atenco -como en otras comunidades de Texcoco- sigue existiendo la firme convicción de defender la tierra,  su vida, la reproducción de su vida, a sus comunidades, su historia, sus muertos y  su futuro, materializado en sus hijos y nietos.

 
 

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